Se dice que el EPI es la última barrera de defensa para la seguridad y la salud. Anteriormente se conocía generalmente el uso de los Equipos de Protección Individual como medios de protección de los trabajadores, pero desde la llegada del virus Sars-CoV2 todos hemos empezado a usar EPIs como mascarillas y guantes para protegernos y proteger a los demás.
Principalmente se ha extendido el uso de las mascarillas entre la población para evitar el contagio del coronavirus. Pero hay otros Equipos de Protección Individual que utilizan los profesionales, tales como los sanitarios que utilizan buzo de protección, guantes, gafas, pantallas faciales y otros, además de las mascarillas.
Un uso inadecuado el EPI puede tener consecuencias negativas al pensar que se está bien protegido. Por ello es muy importante documentarse para el correcto uso de cada uno de los EPI, además de que tienen fecha de caducidad, la cual también se debe de tener en cuenta para saber que está en su correcto estado.
Las mascarillas no solamente basta con usarla, si no también hay que hacer un correcto uso de ella. Una mascarilla debe tener un correcto sellado en la cara para evitar el paso del aire sin filtrar, un 2% de falta de sellado puede suponer un 50% de paso del aire sin filtrar, de ahí que el tipo de mascarilla es muy importante tanto por su modo de sujeción, sellado y materiales con el que está fabricada.
El Sars-CoV2 se transmite principalmente por el aire, vía gotículas y aerosoles mediante la inhalación de estos. De ahí la gran importancia del uso de mascarillas correctas para protegernos del virus de la Covid-19.
Las mascarillas disponibles en el mercado son higiénicas, quirúrgicas y Equipos de Protección Individual. Las higiénicas deben cumplir unas normas básicas de fabricación, lo cual no asegura un alto porcentaje de protección ante el coronavirus. Otras de las mascarillas más utilizadas y de ámbito de los profesionales de la salud son las quirúrgicas, que tienen un límite de horas de uso inferior a las EPI y un menor ajuste facial. Y por último las más eficientes en protección son las mascarillas catalogadas como EPI, conocidas como autofiltrantes, tales como las N95, KN95, FFP2, FFP3... que se fabrican con certificación UE, procedimientos de conformidad y marcado CE.
Las mascarillas FFP2 y FFP3 se diferencian a simple vista principalmente porque se ajustan a la cabeza y no a las orejas.
El pasado 31 de diciembre de 2020 finalizó las condiciones extraordinarias de comercialización de mascarillas sin marcado CE. Por lo cual, a partir del día uno de enero de 2021 solamente se pueden comercializar Equipos de Protección Respiratoria que cumplan con el Reglamento UE 2016/425 y lleven marcado CE.
Las mascarillas autofiltrantes están diseñadas para adaptarse a la cara del usuario de tal modo que evita la fuga (hacia el interior). Pero hay que tener en cuenta que:
- Se debe colocar correctamente.
- Ajustar el clip nasal.
- Colocar las gomas o bandas se sujeción correctamente a la cabeza.
- Intentar no tener vello facial (barba) o complementos que puedan disminuir el sellado.
Recomendamos el sitio Web de información sobre mascarillas: guiamascarillas.es